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26/09/2023

¿Qué es la concupiscencia? Definición y significado en la Biblia

SIDIOSLODICEYOLECREO.COM.- Concupiscencia es un término que muchas veces deja perplejos a muchos. Este artículo pretende arrojar luz sobre ambos aspectos, proporcionando una comprensión integral del término desde una perspectiva bíblica.

Definición de concupiscencia

En su forma más simple, la concupiscencia se puede definir como un fuerte deseo o lujuria. Sin embargo, en el contexto de la Biblia, tiene un significado más profundo y específico. La concupiscencia, en términos bíblicos, se refiere a la tendencia o inclinación humana interna hacia el pecado. A menudo se asocia con el deseo de placeres terrenales que son contrarios a la voluntad de Dios o a los Diez Mandamientos .

La definición bíblica de concupiscencia

El término «concupiscencia» se deriva de la palabra latina «concupiscentia», que significa «deseo fuerte» o «lujuria».

En la Biblia, la concupiscencia a menudo se asocia con deseos y pasiones pecaminosas que son contrarias a la voluntad de Dios. El concepto de concupiscencia se remonta a la historia de Adán y Eva en el libro del Génesis.

La caída del hombre

Según la Biblia, Adán y Eva fueron creados en un estado de justicia original, libres de deseos pecaminosos. Sin embargo, introdujeron el pecado en el mundo cuando desobedecieron el mandato de Dios y comieron del Árbol del Conocimiento del bien y del mal.

Como consecuencia de su desobediencia, la concupiscencia entró en la naturaleza humana, conduciendo a una propensión a deseos y acciones pecaminosas.

¿En qué parte de la Biblia aparece?

El término concupiscencia se utiliza en la Biblia, específicamente en el Nuevo Testamento, para describir la lucha contra los deseos pecaminosos. El apóstol Pablo, en sus cartas, habla frecuentemente de esta lucha. 

«¿Qué, pues, diremos? ¿Que la ley es pecado? ¡De ninguna manera! Sin embargo, si no hubiera sido por la ley, no habría conocido el pecado. Porque no habría conocido lo que es codiciar si la ley no hubiera sido dijo: «No codiciarás». Pero el pecado, aprovechando la oportunidad del mandamiento, produjo en mí toda clase de codicia (concupiscencia)».

Romanos 7:7-8

En este pasaje, Pablo usa el término concupiscencia para describir los deseos pecaminosos que la ley revela en los humanos.

La concupiscencia, que se refiere al deseo fuerte e intenso de placeres mundanos y pecaminosos, conduce inevitablemente a una lucha perpetua y continua dentro de los creyentes. Este choque interno se caracteriza por el constante tira y afloja entre sus deseos carnales innatos y su ferviente aspiración de adherirse fielmente a los mandatos divinos de Dios Todopoderoso. 

La profunda naturaleza de esta batalla, se hace evidente cuando el apóstol Pablo, ocupa un lugar central en su poderosa carta a los romanos, explicando cuidadosamente el conflicto que se encuentra en el corazón de la existencia de los creyentes, uno que enfrenta los anhelos viles de su carne contra los nobles y inclinaciones justas del Espíritu que habitan en ellos.

«Velad y orad, para que no entréis en tentación. El espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil».  

Mateo 26:41

Entendiendo nuestra naturaleza pecaminosa

Comprender la concupiscencia es crucial para los cristianos, ya que les ayuda a reconocer su naturaleza pecaminosa inherente y su necesidad de la gracia de Dios . Es un recordatorio de que los humanos, por naturaleza, estamos inclinados al pecado y necesitamos la intervención divina para resistir estos deseos pecaminosos.

La concupiscencia, sin embargo, no implica que los humanos sean incapaces de hacer el bien o que sean enteramente depravados. En cambio, resalta la constante batalla interna entre la carne (deseos pecaminosos) y el espíritu (deseo de obedecer a Dios).

«Pero yo digo: andad en el Espíritu, y no satisfaréis los deseos de la carne». 

Gálatas 5:16

«Pero vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él». 

Romanos 8:9 

Al reconocer la presencia de la concupiscencia en sus vidas, los creyentes pueden buscar la ayuda de Dios y confiar en Su gracia para resistir la tentación.

Los efectos que causa en la naturaleza humana

  • La concupiscencia afecta todos los aspectos de la naturaleza humana, incluidos los pensamientos, las emociones y las acciones.
  • Distorsiona nuestra percepción de lo que es bueno y nos lleva a perseguir deseos egoístas en lugar de la voluntad de Dios.
  • Las consecuencias de la concupiscencia se pueden ver en diversas formas de pecado, como la avaricia, la lujuria, la envidia y el orgullo.

Superar los deseos de la carne

La Biblia nos guía sobre cómo vencer la concupiscencia. Anima a los creyentes a vivir por el Espíritu y no satisfacer los deseos de la carne ( Gálatas 5:16 ). También insta a los creyentes a ponerse toda la armadura de Dios para resistir las artimañas del diablo (Efesios 6:11).

En conclusión, la concupiscencia es un término bíblico que se refiere a la inclinación humana al pecado. Comprender este concepto es esencial para los cristianos, ya que subraya la necesidad de la gracia de Dios y la importancia de vivir según el Espíritu. Al reconocer y resistir la concupiscencia, los creyentes pueden luchar por una vida que se alinee con la voluntad y los mandamientos de Dios.

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