LAOS. – Mae Seng (seudónimo por razones de seguridad), una mujer cristiana de 60 años, vivía con su nieta en una modesta casa en el sur de Laos. Desde su conversión al cristianismo en 2020, ha experimentado una creciente persecución por parte de sus vecinos.

La anciana cristiana Mae, abría las puertas de su hogar para realizar servicios religiosos, reuniendo a los hermanos de la iglesia todos los domingos para adorar juntos a Dios.

Según informes de Puertas Abiertas, al menos 10 cristianos solían asistir a las reuniones en la casa de anciana cristiana, hasta que las autoridades locales descubrieron las actividades y demolieron la vivienda a principios de 2023.

Las autoridades ingresaron a la casa y derribaron las paredes de bambú, seguido por la destrucción del piso y el techo. A pesar de los ruegos de Mae, la demolición continuó sin detenerse.

Intentaron forzarla a renunciar a su fe cristiana

Posteriormente, tanto Mae como su nieta fueron expulsadas del pueblo con una advertencia: «Detengan estas reuniones. Si no abandonan el cristianismo, abandonen el pueblo de inmediato».

En un intento por forzarla a renunciar a su fe cristiana, las autoridades presionaron a Mae para que firmara un documento negando su creencia en Jesús, a lo que ella se negó. Tras varias negociaciones, acordaron reconstruir la casa y permitir que Mae volviera a vivir temporalmente en el pueblo.

«No estoy seguro de cómo será el futuro», expresó Mae, consciente de los riesgos que implica seguir a Jesús en Laos. La experiencia de la demolición ha dejado a Mae y su nieta traumatizadas, y necesitan un lugar seguro para vivir.

Puertas Abiertas ha solicitado oraciones en apoyo a esta anciana cristiana y su nieta, así como para otros cristianos en países como Laos, donde desconocer sus derechos y enfrentar persecución son desafíos constantes.

La organización cristiana señala que muchos cristianos en naciones como Laos, carecen de conocimiento sobre sus derechos y desconocen cómo defenderse frente a la persecución.