UCRANIA.- La guerra en Ucrania continúa generando incertidumbre para el pueblo ucraniano y lleva a muchos a huir del país.

Desde que las tropas rusas invadieron Ucrania en febrero, casi 6,7 millones de ucranianos se han refugiado en otros países europeos.

Antes del conflicto, las iglesias sordas del país sufrían divisiones y luchas, alienando a las personas sordas que aún no conocían a Jesús.

“Hubo mucha oposición entre las iglesias sordas en Ucrania. Los no creyentes lo vieron y pensaron: ‘No queremos ser parte de esto porque estas iglesias tienen tanta discordia’”, dijo la líder sorda Julia Bange de DOOR International a Mission Network News.

Pero el contexto de guerra cambió esta realidad. Las comunidades cristianas sordas necesitaban unirse y dejar de lado las diferencias.

Esto hizo que los no cristianos recurrieran a la iglesia en busca de ayuda para superar el momento difícil.

“Cuando estalló la guerra, muchos de los sordos [que] no recibieron la salvación vieron que los cristianos sordos se estaban uniendo y querían ser parte de eso. Querían saber quién era Jesús”, dijo Julia.

DOOR International, un ministerio que entrena misioneros para alcanzar a los sordos, capacitó a la ucraniana sorda Elena mientras estaba refugiada en Rumania.

Elena había tratado de evangelizar a la comunidad sorda en Ucrania antes de la guerra. Pero, estaban cerrados al Evangelio y no tuvieron éxito en su misión.

Sin embargo, cuando comenzó el conflicto con Rusia, los sordos ucranianos se abrieron a Dios.

“No estaban aceptando los mensajes que compartió. Pero después de que estalló la guerra, muchas personas sordas comenzaron a mirar, pidiéndole que les explicara el Evangelio”, testificó Julia.

Sin saber cuándo regresará a su nación, Elena vive como refugiada en la isla de Creta, Grecia.

Dondequiera que va, la evangelista comparte la Buena Nueva con la comunidad sorda local.

Según Mission Network News, solo el 2% de la población sorda mundial conoce a Jesús, lo que lo ubica como uno de los grupos más grandes de personas que aún no han sido alcanzados por el Evangelio.